22.- DE LA ÉPOCA DEL VIRREINATO, MORANTE POSEE MAS DE DOS SIGLOS DE HISTORIA.

Oratorio Morante es hoy un paraje, que con frecuencia en el mapa de la provincia. En febrero de 1975 fue declarado Lugar Histórico por el gobierno provincial.

Si nos remontamos a 1779, cuando Juan de Pereda y Morante, sargento mayor del Ejército Real, fue declarado alcalde de la Villa del Rosario por el virrey Juan José de Vértiz y Salcedo. En recompensa por sus servicios –que cumplió en forma intermitente hasta 1816- se le otorgó un rectángulo de tierra que se extendía a lo largo del arroyo del Medio. Allí fundó una de las primeras estancias del sur santafesino, dónde se estableció con su esposa, Antonia del Pozo y Giménez.

La mujer hizo edificar en la estancia, junto a la casa de la familia, un Oratorio al que llamó con el apellido materno de su marido. Según estima el historiador Marcos P. Rivas, maestro de la localidad de Godoy, la construcción tuvo lugar en el tercio del siglo XVIII, ya que en su testamento, fechado el 16 de marzo de 1810, indicó: “hace muchos años que mantengo en mi estancia de Arroyo del Medio, un Oratorio en cuyo cuidado y aseo he puesto el mayor empeño, deseando que perdure, aún después de mis días”.

En ese testamento, Antonia del Pozo dispuso donar una superficie de 16 cuadras cuadradas para que se construyera un pueblo en torno al oratorio, junto al cual fue luego habilitado un cementerio. La inauguración del Oratorio se produjo en 1826 y el primer sacerdote fue Pascual Silva Braga, quien viajaba a caballo desde Rosario para cumplir con los oficios religiosos. Los registros de casamientos y bautismos datan de 1850.

Después de la muerte de Antonia del Pozo, su esposo volvió a casarse con Inés de Sánchez. A la muerte de ambos la estancia fue sujeto de largo litigio entre los herederos. Mientras tanto, Estanislao López designó el 12 de febrero de 1834 al capitán Ramón Godoy como administrador del Oratorio.

“Como todas las poblaciones del Colonia, –dice Maracos Pedro Rivas-, el Oratorio de Morante se convirtió en Posta, fue luego Fortín y posteriormente Comandancia”. Allí el comandante Ramón Soraya opuso el fuego de dos cañones a un ataque de aborígenes, el 28 de noviembre de 1839, y contuvo su avance a Rosario. Alrededor de la capilla se formó un pueblo en el que se radicaron familias que escapaban de las guerras civiles y de los malones.

La Posta se encontraba  cerca del Oratorio, sobre la margen derecha del arroyo del Medio –de donde tomó su nombre original- y el camino Real al Alto Perú. El Capitán Sebastián de Undiano y Castelú pernoctó en el lugar en 1779 y dejó escrito que la casa ofrecía un buen cuarto para los pasajeros, se “hallaba bien proveída” y tenía una arboleda de duraznos”.

En un informe redactado en 1813, el visitador de postas Eugenio Baldastro detalló que la posta de Arroyo del Medio, a cargo de Juan Francisco Benítez, ofrecía “agua permanente” y “un cuarto de siete por cinco varas, con cinco catres” para los huéspedes. Se criaban caballos, ovejas, aves y ganado vacuno y la antigua arboleda era una huerta bien cultivada con plantas de de duraznos”.

En 1825 la posta pasó a llamarse Vergara, en alusión a su nuevo propietario. Allí, el 22 de junio de 1839, cayó fusilado Domingo Cullen, que había sucedido a López en la gobernación de Santa Fe .Los restos  fueron exhumados el 4 de setiembre de 1840 por el ejército de Juan Lavalle y trasladados en carreta a la capital provincial, para depositarlos en la Iglesia de Santo Domingo.

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